sábado, 30 de enero de 2010

Curiosidades: La herramienta básica del rol

A todos los roleros nos han preguntado los profanos en alguna ocasión qué es el rol y cómo se juega. Dejando para otra ocasión las también “curiosas” ideas que la gente tiene al respecto (una futura posible nueva entrada de esta sección), me gustaría centrarme en lo que nosotros les contestamos para que se hagan una idea sobre qué es el rol. Muchas veces caemos en el error de hablar sobre dados, manuales o fichas de personaje y nos olvidamos de cuál es la más importante herramienta de un jugador de rol. Hablo, por supuesto, de la imaginación.

Un jugador de rol que no pueda imaginarse en la partida es un jugador amargado y aburrido por definición, lo cuál es probable que también lo hayáis visto en más de una ocasión. En una partida de rol lo más importante de todo es poder imaginar la situación, adaptarse al mundo del juego, a sus normas y particularidades y ser capaz de “vivir” la situación como si fuera real, por supuesto sabiendo que no lo es. Y es que en el rol se juega con la emoción más que con la razón.

Permitidme que me explique con respecto a esto último. En un juego clásico, como el parchís por poner un ejemplo muy, muy tonto, jugamos con la razón en el sentido de que tenemos que seguir unas normas y aprovecharnos de ellas de tal forma que consigamos ganar. Sí, es cierto que suele haber un componente de azar en forma de dados, pero la decisión de qué ficha mover es de la persona y su cabezita. En estos juegos hay un objetivo que seguir (muchas veces individual) para ser EL GANADOR.

En cambio, en el rol no sólo se juega con la mente; de hecho ésta pasa a un segundo plano, porque el disfrute no lo provoca ganar sino emocionarse. Y la emoción surge tanto de sacar un crítico en un espadazo y partir al jefe orco (que ha estado toda la partida puteando) en miles de trocitos irrecuperables como de ser capaz de desvelar la trama de misterio de una secreta organización que pretendía dar un golpe de estado en la sombra y hacerse con el poder del mundo. La clave, en definitiva, es SENTIR.

¿Dónde encaja la imaginación en todo esto? Yo lo veo claro como el agua: no puedes emocionarte con el rol si no te imaginas en él, te implicas en el juego, en sus personajes (a fin de cuentas, tus amigos) y en su mundo. Tu cabeza debe volar por unas horas y disfrutar de ser otra persona (o criatura, jeje) en un lugar completamente distinto a la mesa donde os reunís. Ni manuales, ni dados, ni fichas: sólo imaginación. El psicodrama es el ejemplo más claro dentro de los géneros de rol, dónde la imaginación es el único instrumento de la "partida".

Así que recordad esto la próxima vez que os pregunten cómo se juega al rol y responded: “Es un juego de imaginación”.

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